Esta medida será parte del proyecto de ley que se enviará este año y que moderniza el sistema previsional de los uniformados. La modernización del sistema previsional de las Fuerzas Armadas que elabora el Ministerio de Defensa dará cuenta de una vieja aspiración de los militares: la eliminación del descuento de 6% que se aplica sobre las pensiones de todos los uniformados en retiro.
La previsión de las Fuerzas Armadas se financia en gran medida con aportes fiscales -unos US$1.300 millones anuales-, pero también con una cotización de 6% que pagan los propios uniformados, tanto los que se encuentran en servicio activo como los pensionados.
La iniciativa gubernamental liberará de ese pago a todos los uniformados de 65 años y más. Del total de pensionados de las Fuerzas Armadas y de Orden (unos 103 mil hombres y mujeres), 47.300 ya tienen la edad para acogerse a este beneficio. En la práctica, la aplicación de esta nueva política previsional implicará un aumento neto en los ingresos de los pensionados militares de mayor edad.
Aparte de ese 6%, los uniformados cotizan un 0,5% adicional cuyo destino es el denominado Fondo Revalorizador de Pensiones, que es una suerte de aporte solidario del personal para apuntalar las pensiones más bajas.
Pues bien, junto con eliminar el 6%, el proyecto del Gobierno también contempla derivar ese 0,5% al financiamiento del sistema de salud militar, lo que en la práctica implica que "las prestaciones que recibe el personal en retiro mejorarán sin costo adicional alguno para ellos", explica el ministro de Defensa, Andrés Allamand.
Antigua aspiración
Esta modificación legal es una vieja aspiración de las Fuerzas Armadas, la que se reactivó a partir del año 2004, cuando el gobierno del entonces Presidente Ricardo Lagos rebajó los descuentos a las pensiones de los beneficiarios de las antiguas cajas de previsión (hoy agrupadas en el IPS).
Esa política benefició a unos 500 mil civiles que se mantenían en el sistema antiguo -anterior a la creación de las Administradoras de Fondos de Pensiones y del esquema de Capitalización Individual-, pero no se hizo extensiva a los militares ni a los carabineros (Capredena y Dipreca).
En el documento denominado "Compromisos con el Sector Pasivo de las Fuerzas Armadas de Orden y Seguridad", divulgado durante la campaña presidencial, se estipuló que la derogación del 6% implicaba un gasto adicional para el fisco de US$35 millones anuales.
En el Ministerio de Defensa explican que la primera parte de la reforma al sistema previsional de las Fuerzas Armadas se enviará durante este año y un segundo proyecto, que abordará la modernización de la carrera militar, se enviará en 2012.
La previsión de las Fuerzas Armadas se financia en gran medida con aportes fiscales -unos US$1.300 millones anuales-, pero también con una cotización de 6% que pagan los propios uniformados, tanto los que se encuentran en servicio activo como los pensionados.
La iniciativa gubernamental liberará de ese pago a todos los uniformados de 65 años y más. Del total de pensionados de las Fuerzas Armadas y de Orden (unos 103 mil hombres y mujeres), 47.300 ya tienen la edad para acogerse a este beneficio. En la práctica, la aplicación de esta nueva política previsional implicará un aumento neto en los ingresos de los pensionados militares de mayor edad.
Aparte de ese 6%, los uniformados cotizan un 0,5% adicional cuyo destino es el denominado Fondo Revalorizador de Pensiones, que es una suerte de aporte solidario del personal para apuntalar las pensiones más bajas.
Pues bien, junto con eliminar el 6%, el proyecto del Gobierno también contempla derivar ese 0,5% al financiamiento del sistema de salud militar, lo que en la práctica implica que "las prestaciones que recibe el personal en retiro mejorarán sin costo adicional alguno para ellos", explica el ministro de Defensa, Andrés Allamand.
Antigua aspiración
Esta modificación legal es una vieja aspiración de las Fuerzas Armadas, la que se reactivó a partir del año 2004, cuando el gobierno del entonces Presidente Ricardo Lagos rebajó los descuentos a las pensiones de los beneficiarios de las antiguas cajas de previsión (hoy agrupadas en el IPS).
Esa política benefició a unos 500 mil civiles que se mantenían en el sistema antiguo -anterior a la creación de las Administradoras de Fondos de Pensiones y del esquema de Capitalización Individual-, pero no se hizo extensiva a los militares ni a los carabineros (Capredena y Dipreca).
En el documento denominado "Compromisos con el Sector Pasivo de las Fuerzas Armadas de Orden y Seguridad", divulgado durante la campaña presidencial, se estipuló que la derogación del 6% implicaba un gasto adicional para el fisco de US$35 millones anuales.
En el Ministerio de Defensa explican que la primera parte de la reforma al sistema previsional de las Fuerzas Armadas se enviará durante este año y un segundo proyecto, que abordará la modernización de la carrera militar, se enviará en 2012.
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